Con Rafael Alberti y Teddy Bautista Edición de Grabados de R. Alberti Madrid 1992

 

Exposición Unograbadores Madrid 1992

 

Montaje de exposición Saarbrücken - Alemania 1996

 

Exposición Saarbrücken - Alemania 1996

 

Exposición Ateneo de La Laguna - Tenerife 1999

 

Exposición Ateneo de La Laguna - Tenerife 1999

 

Exposición Ateneo de La Laguna - Tenerife 1999

 

Exposición Casa Eisen - Madrid 2004

 

Exposición Casa Eisen - Madrid 2004

 

Exposición Casa Eisen - Madrid 2004

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Desde el otro lado de los espejos

“Como un pájaroserpiente perdido en un campo de minas va la mirada, cuidadosamente, tanteando, calculando, intuyendo su destrucción cercana o su salvación en cada movimiento. De este modo, la obra reciente de Abel Rasskin, se funda en una intuitiva e inteligente estructuración abstracta de su mirada alerta, a través del collage sobre madera. Sin embargo, se arriesga el artista en esta nueva muestra, tanto en el uso de los materiales como en la formulación de un discurso rico en símbolos que se originan en una memoria histórica y a la vez, íntima y personal.

Esta caligrafía mítico-religiosa convive en el territorio de la obra pictórica con las huellas de un mundo cotidiano, de una crónica íntima: páginas de un cuaderno escritas, o con dibujos de la hija del pintor, fragmentos de madera encontrados en la calle, etiquetas, el dorso de un espejo, papeles, trapos; residuos urbanos que son nuestra vida y son la vida del pintor.

Los dos niveles, el mítico y el personal, han encontrado en estas piezas un milagroso equilibrio que Rasskin consigue a base de un compromiso con el rigor creador. Este se plantea continuamente su labor como una reflexión sobre sí mismo, sobre el arte y sobre la legitimación del artista, no como mero hacedor de imágenes, sino como alguien que busca la verdad a través de la pintura.

Fugarse del tiempo es tan peligroso como hundirse sin remisión en él. Abel Rasskin ha encontrado en su producción última un delicado equilibrio entre la amenazante temporalidad histórica y personal y la intemporalidad del espacio mítico y del objeto artístico puro. Su obra es una caligrafía, luminosa y oscura a la vez, de ese mapa indeciso que traza los pasos temblorosos y alertas del hombre actual. Sobre los escombros, los desconchados, de una historia colectiva e íntima vuela esta obra que, como su pájaroserpiente, posee la espiritualidad del ave y la clara pertenencia a la tierra del sigiloso animalhumano".

D.C. Tomelloso, enero de 1989.

Extracto del texto escrito por Dionisio Cañas, Profesor de Literatura Hispánica de la Universidad de New York, para el catálogo de la exposición “Pinturas, Collages”. Galería Víctor Martín. Febrero-Marzo 1989.

texto completo en pdf

 

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Crepúsculo de un día alciónico

“Cuando contemplé por primera vez los cuadros de Abel Rasskin y consideré su evolución, fui imaginando y evocando paulatinamente los trayectos espirituales, artísticos y morales que suponía yo que él habría recorrido y que en sucesivas visitas a su estudio se me han ido apareciendo cada vez más densos, más complejos, más profundos.

Tuve muy claro desde el principio que la evolución de su pintura era orgánica, que no obedecía a constricciones externas sino que brotaba de una necesidad íntima, y siempre renaciente, de servicio a la pintura y a sus exclusivas exigencias (...)

Para Rasskin la pintura es aventura y no complacencia -y en ningún caso autocomplacencia. De ahí procede esa suerte de ascetismo continuo en su creación (...)

(...) Todos los medios son sagrados, si son interiormente necesarios". Y, en efecto, con la llegada de Rasskin a Madrid y el consiguiente distanciamiento del infierno político argentino y el establecimiento y acomodación a un medio humano y social más acogedor, se consagra con atención y serenidad al objetivo artístico esencial (...)

Y llegamos así a los cuadros que constituyen la presente exposición. No cabe duda de que presentan una notable evolución respecto a los que acabamos de comentar. Parece como si Rasskin, sintiéndose maduro señor del oficio, pletórico de fuerza creadora, más confiado y seguro que nunca de su arte y dueño de una técnica depurada y decantada en la pintura de fluídas atmósferas y espacios luminosos, y una vez superada con creces la prueba de control de calidad que las obras habían convalidado mucho antes de que las refrendase el reconocimiento unánime de connaisseurs y público en Arco-85 y, sobre todo, Arco-86, sin tener ya, por tanto, que demostrar nada a nadie, se asignase en conformidad con su búsqueda interior y de acuerdo con sus necesidades estético-morales tareas de más largo alcance (...)

Me parece, pues, que las obras que ahora presenta Rasskin, incorporando todos los hallazgos conseguidos en sus etapas anteriores, son más complejas en la composición, más polarizadas y a la vez más equilibradas en la distribución de un mayor y más variado número de elementos. Si antes nos había pintado las condiciones de visibilidad de un mundo, ahora nos pinta mundos en toda su complejidad y en el acto de nacer: "Puertas de vigilia" -título global de la exposición, en la que el pintor, al privar a cada cuadro de su título individual, no parece dispuesto a sobornar la connivencia de un espectador acostumbrado a dejarse engañar por la facilidad de los títulos (...)

(...) Prestar a la materia la autoridad de su pincel magistral y su sensibilidad plástica para que aquélla exprese su aspiración materialmente, es decir, sin correr el riesgo de servirse de un portavoz tan parcial como es el concepto, me parece el hallazgo ético y artístico más admirable de Abel Rasskin”.

Texto escrito por Tomás Pollán Profesor del Departamento de Antropología, Ética y Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid. Catálogo de la exposición de la serie “Puertas de Vigilia”. Febrero-Marzo 1987, Galería Víctor Martín.

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